Uno de los mayores miedos de cualquier trabajador es sufrir represalias por alzar la voz. «¿Si me quejo, me echarán?». Es una duda frecuente que paraliza a muchos empleados ante cambios injustos en sus condiciones laborales.
En FA Lawyers hemos conseguido recientemente una victoria rotunda que demuestra que la ley protege a quienes defienden sus derechos. Hoy te contamos el caso de un vigilante de seguridad al que la empresa intentó «castigar» con el despido, y cómo logramos dar la vuelta a la situación en los tribunales.
El conflicto: Un traslado forzoso y un despido fulminante
Nuestro cliente llevaba trabajando como vigilante de seguridad desde 2018. Su situación era estable hasta que, de repente, la empresa le comunicó que lo trasladaban de su puesto habitual en una comunidad de propietarios a otro servicio diferente.
El trabajador no se quedó callado. Informó a la empresa de que ese cambio no era correcto, ya que existía un acuerdo previo que lo vinculaba como vigilante titular de su comunidad original. Ejerció su derecho a oponerse a una modificación que consideraba injusta.
¿Cuál fue la respuesta de la empresa? Apenas 24 horas después de que el trabajador se quejara, lo citaron en la oficina y le entregaron una carta de despido disciplinario, alegando una supuesta «falta muy grave». Sin pruebas, sin justificación real, simplemente como castigo inmediato.
Nuestra estrategia: La garantía de indemnidad
Cuando el caso llegó a FA Lawyers, tuvimos claro que no estábamos ante un simple despido improcedente. Estábamos ante una violación de derechos fundamentales.
Nuestra defensa se basó en el principio de la «garantía de indemnidad». Explicado de forma sencilla: una empresa no puede utilizar el despido como un arma para vengarse de un trabajador que reclama sus derechos.
Demostramos al juez la cronología de los hechos, que era aplastante:
- El trabajador se queja del traslado un día 29.
- La empresa lo despide el día 30.
- La empresa no pudo aportar ni una sola prueba de esa supuesta «falta muy grave» que alegaban en la carta.
Hicimos ver al tribunal que existía una conexión directa entre la queja del trabajador y su despido. No lo echaron por trabajar mal, lo echaron por molestar.
El resultado: Justicia total para el trabajador
El Juzgado de lo Social nº 5 de Málaga nos dio la razón en la Sentencia Nº 371/2024, declarando el DESPIDO NULO. Las consecuencias de esta declaración son las más potentes que existen en el derecho laboral:
- Readmisión inmediata: La empresa está obligada a devolverle su puesto de trabajo en las mismas condiciones que tenía.
- Pago de los salarios de tramitación: La empresa debe pagarle el sueldo de todos los días que han pasado desde el despido hasta la sentencia, como si hubiera estado trabajando (a razón de más de 60€ diarios).
- Indemnización adicional de 7.501€: Conseguimos que el juez condenara a la empresa a pagar esta suma extra por «daños morales», sancionando así la vulneración de sus derechos fundamentales.
Este caso es un aviso para las empresas: los derechos de los trabajadores no se pueden pisotear. Si sientes que tu despido ha sido una represalia, un castigo o una discriminación, no firmes nada sin consultarnos.
En FA Lawyers sabemos cómo detectar estas vulneraciones y pelear no solo por tu indemnización, sino por tu dignidad y tu puesto de trabajo.